CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
La nuestra, a veces, es una historia cándida. Levamos anclas y nos deslizamos por la procelosa mar de las ondas hertzianas, e intentamos llegar a buen puerto, aunque no se trate de nuestra anhelada utopía.
[RÁFAGA]
Hoy navegamos con la mirada puesta en un emblemático “sky line”, la sombra de los gigantes de hierro y hormigón se proyecta a más de 100 millas de la costa, es más, su influencia desembarca constantemente en las orillas de los otros cuatro continentes…
Pero hasta que atraquemos en la tierra donde dicen que todo es posible, nuestra nave errante se refugia en sí misma, arriamos velas y dejamos que las aguas nos transporten hacia la mítica Costa Este… Y mientras, por ir haciéndonos a las costumbres del nuevo mundo, esta tripulación se da un capricho y se monta un pequeño club, entre algodones, en la cubierta…total… por un día que cambiamos de antro…
[RÁFAGA]
Ambiente íntimo, nos celebramos y nos cantamos a nosotros mismos como Whitman, y por cierto tenemos el derecho de admisión reservado. La zona vip es para el éter sonoro, sobre todo si proviene de las zonas rurales del delta del Mississippi o de los pantanos de Nueva Orleans…
La única pega se la pondría al alcohol, que es un poco de garrafón, pero es que, a veces, y aunque muerto esté Al Caponne continua aplicándose la Ley seca a bordo de este navío
[RÁFAGA]
Seguimos flotando, pero no veo nada tras la densa neblina, que ya no sé si en realidad se trata del humo del tabaco negro que fuman los más veteranos. Aún así, sé que cuando desaparezca se abrirá ante nosotros un litoral que para muchos marca la entrada a su querida y soñada Ciudad Invisible…
FUNDIR EN "SOULEDAD"
La nuestra, a veces, es una historia cándida. Levamos anclas y nos deslizamos por la procelosa mar de las ondas hertzianas, e intentamos llegar a buen puerto, aunque no se trate de nuestra anhelada utopía.
[RÁFAGA]
Hoy navegamos con la mirada puesta en un emblemático “sky line”, la sombra de los gigantes de hierro y hormigón se proyecta a más de 100 millas de la costa, es más, su influencia desembarca constantemente en las orillas de los otros cuatro continentes…
Pero hasta que atraquemos en la tierra donde dicen que todo es posible, nuestra nave errante se refugia en sí misma, arriamos velas y dejamos que las aguas nos transporten hacia la mítica Costa Este… Y mientras, por ir haciéndonos a las costumbres del nuevo mundo, esta tripulación se da un capricho y se monta un pequeño club, entre algodones, en la cubierta…total… por un día que cambiamos de antro…
[RÁFAGA]
Ambiente íntimo, nos celebramos y nos cantamos a nosotros mismos como Whitman, y por cierto tenemos el derecho de admisión reservado. La zona vip es para el éter sonoro, sobre todo si proviene de las zonas rurales del delta del Mississippi o de los pantanos de Nueva Orleans…
La única pega se la pondría al alcohol, que es un poco de garrafón, pero es que, a veces, y aunque muerto esté Al Caponne continua aplicándose la Ley seca a bordo de este navío
[RÁFAGA]
Seguimos flotando, pero no veo nada tras la densa neblina, que ya no sé si en realidad se trata del humo del tabaco negro que fuman los más veteranos. Aún así, sé que cuando desaparezca se abrirá ante nosotros un litoral que para muchos marca la entrada a su querida y soñada Ciudad Invisible…
FUNDIR EN "SOULEDAD"
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