CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Esta tarde ha llegado el frío envuelto en brumas, una de esas finezas con las que el horizonte intenta atemperar nuestros ardores más aventureros… Lejos de amilanarnos nos frotamos las manos, apretamos los dientes para que su vulgar castañeteo no confunda a las aves migratorias, y mantenemos fija la mirada en la promesa cálida que ha de darnos cobijo en buena hora… pero nada consuela las pieles agrietadas, ni los labios cuarteados, ni los músculos rígidos… nada salvo la fe en nuestro destino, que es -como bien sabéis- tan sólo una quimera soñada por los hombres...
[RAFAGUITA]
Esta nave es un arca cargada de esperanzas, como una poesía de buenas intenciones en pos de la utopía, esa lejana dársena... La imaginó algún loco que ya alcanzó la gloria del martirio a base de pedradas, hogueras, soledades… pero era contagiosa, no existía vacuna contra su beneficio… recorrió el orbe entero dando vueltas y vueltas, tocando cada puerto, llamando a cada puerta, visitando cafés, alcobas, camerinos… vistió pieles diversas, peinó canas y calvas, embarcó en naves monos y en botellas navíos y en papeles viajes a la Luna… y -mira qué curioso- fracaso tras fracasó logró sobrevivir hasta estos días…
Ahora somos nosotros quienes vamos tras ella, y es tan escurridiza!... Tiene algo de sirena, de arena entre los dedos; es tan inaprensible que engancha, que aprisiona; Deja en la cara una media sonrisa, y por lo que ahora veo, libera a bocanadas el alma atormentada de cada tripulante… aaaahhh, aaaaa…
[RÁFAGA]
Seguimos navegando… La neblina se espesa y nos hace volar entre las olas… La Procelosa Mar de las Ondas Hertzianas, como un eco de sombras que amenaza a quien sueña, sigue estando presente, pero no nos asusta… el éter del sonido esconde una llamada, una voz que asegura que está frente a nosotros La Ciudad Invisible.
FUNDE CON UNA MISCELÁNEA DE VIRUS
Esta tarde ha llegado el frío envuelto en brumas, una de esas finezas con las que el horizonte intenta atemperar nuestros ardores más aventureros… Lejos de amilanarnos nos frotamos las manos, apretamos los dientes para que su vulgar castañeteo no confunda a las aves migratorias, y mantenemos fija la mirada en la promesa cálida que ha de darnos cobijo en buena hora… pero nada consuela las pieles agrietadas, ni los labios cuarteados, ni los músculos rígidos… nada salvo la fe en nuestro destino, que es -como bien sabéis- tan sólo una quimera soñada por los hombres...
[RAFAGUITA]
Esta nave es un arca cargada de esperanzas, como una poesía de buenas intenciones en pos de la utopía, esa lejana dársena... La imaginó algún loco que ya alcanzó la gloria del martirio a base de pedradas, hogueras, soledades… pero era contagiosa, no existía vacuna contra su beneficio… recorrió el orbe entero dando vueltas y vueltas, tocando cada puerto, llamando a cada puerta, visitando cafés, alcobas, camerinos… vistió pieles diversas, peinó canas y calvas, embarcó en naves monos y en botellas navíos y en papeles viajes a la Luna… y -mira qué curioso- fracaso tras fracasó logró sobrevivir hasta estos días…
Ahora somos nosotros quienes vamos tras ella, y es tan escurridiza!... Tiene algo de sirena, de arena entre los dedos; es tan inaprensible que engancha, que aprisiona; Deja en la cara una media sonrisa, y por lo que ahora veo, libera a bocanadas el alma atormentada de cada tripulante… aaaahhh, aaaaa…
[RÁFAGA]
Seguimos navegando… La neblina se espesa y nos hace volar entre las olas… La Procelosa Mar de las Ondas Hertzianas, como un eco de sombras que amenaza a quien sueña, sigue estando presente, pero no nos asusta… el éter del sonido esconde una llamada, una voz que asegura que está frente a nosotros La Ciudad Invisible.
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