CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
En el ojo de buey de la puerta que franquea la entrada al control de máquinas, hay pegada una señal que avisa: “golpear la cabeza aquí”. Forma parte de un perfecto kit de reducción de stress, con sus instrucciones pertinentes, que los altos mandos han facilitado a tripulaciones errantes como la nuestra que padecen el síndrome del marinero hipertenso, con tendencia a ver utopías en donde, en realidad, sólo hay naderías…
[RÁFAGA]
Quizá haya que arriesgarse y probar, pero a mí esos…cómo llamarlos…¿”aparatuquis”?, me dan mala espina…
A veces estas innovaciones pueden darnos ciertos quebraderos de cabeza…y nunca mejor dicho…Por ejemplo, hace unos días nuestra nave cargaba unas cajas grisáceas, altamente sospechosas. Su procedencia la marcaba un sello que ponía: “mercancía procedente de un edificio inteligente”…
Y sí, la verdad es que de listos iba el asunto…, porque se trataba de un curso de prevención de riesgos náuticos a distancia… que aprovechaba la procelosa mar de las ondas Binarias, para ahorrar tiempo y espacio…
Menudo timo…, en vez de invitarnos a hacer escala a una dársena paradisíaca y quitarnos el agobio de un plumazo…más labor en horas de trabajo…y eso, que todavía no hemos llegado a las sesenta y cinco…
[RÁFAGA]
Seguimos navegando…. Creo que debería coger carrerilla y estrellarme contra esa señal, tal y como obliga en su discurso este kit anti-estrés, puede que incluso golpeando fuerte, pierda el conocimiento…y llegue en un sueño sosegado al puerto amable y tranquilo de nuestra querida y anhelada Ciudad Invisible…
CHOCAR CON UN ICEBERG
En el ojo de buey de la puerta que franquea la entrada al control de máquinas, hay pegada una señal que avisa: “golpear la cabeza aquí”. Forma parte de un perfecto kit de reducción de stress, con sus instrucciones pertinentes, que los altos mandos han facilitado a tripulaciones errantes como la nuestra que padecen el síndrome del marinero hipertenso, con tendencia a ver utopías en donde, en realidad, sólo hay naderías…
[RÁFAGA]
Quizá haya que arriesgarse y probar, pero a mí esos…cómo llamarlos…¿”aparatuquis”?, me dan mala espina…
A veces estas innovaciones pueden darnos ciertos quebraderos de cabeza…y nunca mejor dicho…Por ejemplo, hace unos días nuestra nave cargaba unas cajas grisáceas, altamente sospechosas. Su procedencia la marcaba un sello que ponía: “mercancía procedente de un edificio inteligente”…
Y sí, la verdad es que de listos iba el asunto…, porque se trataba de un curso de prevención de riesgos náuticos a distancia… que aprovechaba la procelosa mar de las ondas Binarias, para ahorrar tiempo y espacio…
Menudo timo…, en vez de invitarnos a hacer escala a una dársena paradisíaca y quitarnos el agobio de un plumazo…más labor en horas de trabajo…y eso, que todavía no hemos llegado a las sesenta y cinco…
[RÁFAGA]
Seguimos navegando…. Creo que debería coger carrerilla y estrellarme contra esa señal, tal y como obliga en su discurso este kit anti-estrés, puede que incluso golpeando fuerte, pierda el conocimiento…y llegue en un sueño sosegado al puerto amable y tranquilo de nuestra querida y anhelada Ciudad Invisible…
CHOCAR CON UN ICEBERG
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