CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
La pasada noche, la más corta del año, a algunos nos deja menos tiempo para soñar…, tendríamos que perseguir a la luna y a las estrellas para alargar ese momento en el que los fantasiosos construyen sus deseos inalcanzables, acunados por lejanas constelaciones, en las que, por qué no, se podría hallar la quimera…
[RÁFAGA]
Cuando surcamos las aguas que están en medio de ninguna parte, escudriñamos el cielo en busca de algunas de sus amables señales, que nos hagan sentir como en casa.
Sólo el simple hecho de contemplar prácticamente lo mismo que un ser querido que puede hallarse a cientos de millas de distancia, nos reconforta e incluso alivia nuestra soledad…
Cuando nos sentimos diminutos ante la grandeza de este universo por el que vagamos errantes…, con solo alzar la mirada y pensar que este espacio es como una gran jaula dorada, nos colma la esperanza de saber que llegará un momento en el que aunque no busques, encuentres…
[RÁFAGA]
Pero también, observar la gran cúpula azul que envuelve nuestra rutina, puede llevarnos a lo contrario: al vértigo que se origina ante lo inabarcable…Tras las nubes, los pájaros de altos vuelos, y los vientos…, se abren las puertas a lo desconocido, el más allá… tanto el espiritual como el real, del que muy pocos han regresado y en el que muchos no queremos poner el pie, por temor a lo que nos esté aguardando ahí fuera…y porque creemos que nunca vamos a estar preparados para dar el gran salto.
[RÁFAGA]
Seguimos navegando…la procelosa mar de las ondas hertzianas marca nuestro camino, y recuerdo la frase de aquel que soplaba al viento y decía:” Nadie es libre, hasta los pájaros viven encadenados al cielo”. Nosotros, hoy marineros alados, encadenados estamos por siempre jamas, a esta singladura que busca la Ciudad Invisible…
FUNDIR CON AZUL CELESTE
La pasada noche, la más corta del año, a algunos nos deja menos tiempo para soñar…, tendríamos que perseguir a la luna y a las estrellas para alargar ese momento en el que los fantasiosos construyen sus deseos inalcanzables, acunados por lejanas constelaciones, en las que, por qué no, se podría hallar la quimera…
[RÁFAGA]
Cuando surcamos las aguas que están en medio de ninguna parte, escudriñamos el cielo en busca de algunas de sus amables señales, que nos hagan sentir como en casa.
Sólo el simple hecho de contemplar prácticamente lo mismo que un ser querido que puede hallarse a cientos de millas de distancia, nos reconforta e incluso alivia nuestra soledad…
Cuando nos sentimos diminutos ante la grandeza de este universo por el que vagamos errantes…, con solo alzar la mirada y pensar que este espacio es como una gran jaula dorada, nos colma la esperanza de saber que llegará un momento en el que aunque no busques, encuentres…
[RÁFAGA]
Pero también, observar la gran cúpula azul que envuelve nuestra rutina, puede llevarnos a lo contrario: al vértigo que se origina ante lo inabarcable…Tras las nubes, los pájaros de altos vuelos, y los vientos…, se abren las puertas a lo desconocido, el más allá… tanto el espiritual como el real, del que muy pocos han regresado y en el que muchos no queremos poner el pie, por temor a lo que nos esté aguardando ahí fuera…y porque creemos que nunca vamos a estar preparados para dar el gran salto.
[RÁFAGA]
Seguimos navegando…la procelosa mar de las ondas hertzianas marca nuestro camino, y recuerdo la frase de aquel que soplaba al viento y decía:” Nadie es libre, hasta los pájaros viven encadenados al cielo”. Nosotros, hoy marineros alados, encadenados estamos por siempre jamas, a esta singladura que busca la Ciudad Invisible…
FUNDIR CON AZUL CELESTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario