CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Me noto raro, y creo que el resto de la tripulación también comienza a acusar, a pesar del frío, la influencia del sol que remata por momentos el invierno, aunque quizás sólo sea que “ya es Amparanoia en Radio3”… por lo demás, buen rollito de fuerza 7; a todo trapo y a cinco nudos; La Procelosa Mar de las Ondas Hertzianas, caprichosa y despeinada; La quimera, como siempre, más allá de un telón de auroras boreales...
[CRESCENDO BOREAL]
Pero decía que me noto raro... y no es verdad; es que el éter del sonido se ha cargado, su magnetismo ha crecido a medida que nos internábamos en la neblina. Se notaba a flor de piel la vibración, aún se percibe... Creo que la Ciudad Invisible se ha ido realimentando y, ahora, basta un chispazo para que el timón, como la vieja aguja, busque la hendidura, las velas se larguen a una voz y las jarcias, arpegiando, hagan sonar la melodía que vamos a seguir como ratones, como niños que faltan a la escuela para comprar en la Feria de Stromboly su manual de redención... el nuevo rumbo suena, y suena a salvación!!… chiki chiki, chiki chiki... Rápido, otro chispazo y… chiki chiki, chiki chiki... en fin, está visto que algunos tendremos que surcar el lado más salvaje de la vida, correremos la carrera delictiva de quien persigue la utopía más allá de un mundo feliz. O más acá, quién sabe. Eso sólo lo decide el flujo espacio-tiempo.
[RÁFAGA DE GAS]
Seguimos navegando... y me gusta imaginar que lo hacemos cabalgando las olas, lejos de la reserva. Jinetes de tormenta galopamos las vastas praderas del océano. Sabemos leer el rastro, interpretar los signos. Un campamento nómada, que escape fugazmente al movimiento, pudiera ser la dársena soñada de la Ciudad Invisible.
FUNDE CON ESPACIOS ABIERTOS, LAS PLUMAS AL VIENTO
Me noto raro, y creo que el resto de la tripulación también comienza a acusar, a pesar del frío, la influencia del sol que remata por momentos el invierno, aunque quizás sólo sea que “ya es Amparanoia en Radio3”… por lo demás, buen rollito de fuerza 7; a todo trapo y a cinco nudos; La Procelosa Mar de las Ondas Hertzianas, caprichosa y despeinada; La quimera, como siempre, más allá de un telón de auroras boreales...
[CRESCENDO BOREAL]
Pero decía que me noto raro... y no es verdad; es que el éter del sonido se ha cargado, su magnetismo ha crecido a medida que nos internábamos en la neblina. Se notaba a flor de piel la vibración, aún se percibe... Creo que la Ciudad Invisible se ha ido realimentando y, ahora, basta un chispazo para que el timón, como la vieja aguja, busque la hendidura, las velas se larguen a una voz y las jarcias, arpegiando, hagan sonar la melodía que vamos a seguir como ratones, como niños que faltan a la escuela para comprar en la Feria de Stromboly su manual de redención... el nuevo rumbo suena, y suena a salvación!!… chiki chiki, chiki chiki... Rápido, otro chispazo y… chiki chiki, chiki chiki... en fin, está visto que algunos tendremos que surcar el lado más salvaje de la vida, correremos la carrera delictiva de quien persigue la utopía más allá de un mundo feliz. O más acá, quién sabe. Eso sólo lo decide el flujo espacio-tiempo.
[RÁFAGA DE GAS]
Seguimos navegando... y me gusta imaginar que lo hacemos cabalgando las olas, lejos de la reserva. Jinetes de tormenta galopamos las vastas praderas del océano. Sabemos leer el rastro, interpretar los signos. Un campamento nómada, que escape fugazmente al movimiento, pudiera ser la dársena soñada de la Ciudad Invisible.
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