CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Navegamos un día más por la procelosa mar de las ondas hertzianas, pero hoy nuestra nave parece que poco a poco se disuelve en las aguas…el cambio es muy sutil, apenas se deja notar en el rumbo de nuestra travesía y sin embargo, desde lo alto de este palo mayor empiezo a ser consciente de que la utopía tal y como nosotros la habíamos idealizado tiene sus días contados…
[RÁFAGA]
No lo digo yo…lo dicen las voces que vagan por el éter sonoro, puede que sean un tanto apocalípticas, pero son ecos que condenados a repetir una y otra vez lo mismo, desean divertirse con la frágil y susceptible credibilidad humana, y regurgitan de sus gargantas profundas los más temibles presagios, con una entonación gris y pesimista…
Si tuvieran cara tendrían una mirada cenicienta, angustiada por la eterna condena impuesta: ver cómo transcurre el paso del espacio y del tiempo….
[RÁFAGA]
Si la quimera ya no es lo que era ¿Qué nos queda?
Ya no importan las coordenadas, la hoja de ruta, o los nudos que hagamos, ahora la singladura en la que debe embarcarse cada uno es personal, y un tanto egoísta. Al grito de sálvese quien pueda, cada tripulante elegirá un camino, y como todo en esta vida nunca sabremos hasta el final si hemos optado por lo correcto….
[RÁFAGA]
Seguimos navegando…y la arena del reloj que cuenta los días que llevamos remando se desliza suavemente hasta reposar en la memoria de los tiempos pasados. Durante muchas jornadas he sospechado que cuando se agotara, nuestro periplo anclaría en la dársena perseguida, sin embargo ahora mucho me temo que llegará ese momento en el que no quede ni un grano y nos veamos avocados a pensar, que pasó nuestra oportunidad de dar con nuestra querida y anhelada Ciudad Invisible…
FUNDIR CON BÚSQUEDA DE ESPERANZA
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