CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
La calma chicha es traicionera, a poco que te descuides puede provocarte un vahído más dramático que el desmayo de cualquier damisela, ya que la distancia que separa la cofa de la cubierta es más peligrosa que los brazos de un indecoroso caballero…
[RÁFAGA]
¡Por fin, navegamos! y exclamo “por fin”, porque desde mi regreso he tenido la extraña sensación de apearme en medio de la nada, a mitad de la singladura.
Pero ya surcamos las aguas de la procelosa mar de las ondas hertzianas, y todo lo que acontece me parece perfecto, casi rozando la utopía…No es para menos…, la ola de calor nos regala dulces espejismos, y de esta manera, confundo con praderas bucólicas, a dos ciudades portuarias habitadas por corsarios y bucaneros. Los violentos lobos de mar, son para mí el buen salvaje, y en vez de avistar cañones y bayonetas, oteo ramos de flores, cuyo polen huele a pólvora...
¿Podrá el calor dejarme ida, sin solución?
[RÁFAGA]
Dicen que cuando sopla el levante, la cabeza torna finalmente a la locura, pero aquí, en lo alto del palo mayor, ni un ápice de brisa consigue acariciar mis mejillas, de un rojo furioso que quema todo pensamiento cuerdo…
Rápidamente esta plácida demencia, evoluciona en violencia y me hace temer en dar un posible espectáculo que destape todo lo verdaderamente humano….
[RÁFAGA]
Seguimos navegando…, y en tan sólo un suspiro de nuestro espacio–tiempo, el periplo ha virado a un escenario totalmente diferente. La doble condición del alma del hombre es la que guía hoy nuestros pasos, dos máscaras que ocultan tantas personalidades, cuyo único punto en común es el afán por dar con una anhelada Ciudad Invisible…
FUNDIR CON UN LEXATIN...
La calma chicha es traicionera, a poco que te descuides puede provocarte un vahído más dramático que el desmayo de cualquier damisela, ya que la distancia que separa la cofa de la cubierta es más peligrosa que los brazos de un indecoroso caballero…
[RÁFAGA]
¡Por fin, navegamos! y exclamo “por fin”, porque desde mi regreso he tenido la extraña sensación de apearme en medio de la nada, a mitad de la singladura.
Pero ya surcamos las aguas de la procelosa mar de las ondas hertzianas, y todo lo que acontece me parece perfecto, casi rozando la utopía…No es para menos…, la ola de calor nos regala dulces espejismos, y de esta manera, confundo con praderas bucólicas, a dos ciudades portuarias habitadas por corsarios y bucaneros. Los violentos lobos de mar, son para mí el buen salvaje, y en vez de avistar cañones y bayonetas, oteo ramos de flores, cuyo polen huele a pólvora...
¿Podrá el calor dejarme ida, sin solución?
[RÁFAGA]
Dicen que cuando sopla el levante, la cabeza torna finalmente a la locura, pero aquí, en lo alto del palo mayor, ni un ápice de brisa consigue acariciar mis mejillas, de un rojo furioso que quema todo pensamiento cuerdo…
Rápidamente esta plácida demencia, evoluciona en violencia y me hace temer en dar un posible espectáculo que destape todo lo verdaderamente humano….
[RÁFAGA]
Seguimos navegando…, y en tan sólo un suspiro de nuestro espacio–tiempo, el periplo ha virado a un escenario totalmente diferente. La doble condición del alma del hombre es la que guía hoy nuestros pasos, dos máscaras que ocultan tantas personalidades, cuyo único punto en común es el afán por dar con una anhelada Ciudad Invisible…
FUNDIR CON UN LEXATIN...
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