lunes, enero 09, 2006

Cuaderno 9 de Enero

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Avanzamos a pasos agigantados. Ante nosotros se abre un paisaje que nos ofrece nuevas oportunidades para explorar mundos todavía desconocidos. Sin perspectivas de descanso para las próximas y futuras jornadas. Un día más ponemos rumbo hacia la utopía.
[Ráfaga en cierne]
Miro hacia delante con los ánimos puestos en nuestra quimera. En la proa depositamos el ansia por vivir nuevos retos, queremos ser los primeros en experimentar qué se siente al navegar por territorios, a los que nos conducen las mareas del túnel del espacio-tiempo.
Como tripulación a la vanguardia de nuevas fórmulas de navegación, nuestra labor como marineros de aguas agridulces, puede hacer que nos sintamos afortunados. Somos lobos de mar, que por las cualidades etéreas de este barco, podemos llegar a descubrir rutas, que nos lleven a esferas hasta ahora ignoradas y atribuirnos el mérito de tal hazaña, aunque haya sido por el despiste de algún que otro timonel con resaca.
[Señales de juerga y crapulismo]
Oteo el horizonte desde lo alto del palo mayor. Nos dirigimos hacia él, con las ganas que tiene cualquier joven aventurero, que codicia dar con algo todavía no conocido para los ojos y la mente humanas. Y a la vez, sobre nosotros recae la experiencia acumulada de los pasados periplos, plasmada en las letras de este cuaderno. Un manuscrito en cuyas páginas hay auténticos manifiestos redactados por tripulantes anteriores. En ellas descubro los principios que les guiaban para surcar la procelosa mar de las ondas hertzianas. Incluso, si cierro los ojos y dejo que me invadan los sonidos que nos llegan a través de las tempestuosas aguas, puedo escucharles proclamando sus credos y divulgando sus dogmas.
[Ráfagas históricas]
Seguimos navegando y disfrutamos de las aventuras que nos depara cada día nuestro afán por desembarcar en lo intangible. Esa cualidad que muchos optan por no alcanzar, porque sólo unos cuantos locos se empeñan en ello. Sin embargo, ahora a los antiguos locos se les llama genios. Así, que puede que nosotros seamos el germen de futuros sabios, que persiguen incansablemente, dar con querida Ciudad Invisible.

FUNDE CON UNA AVANZADILLA DE PIRAOS


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