viernes, diciembre 30, 2005

Cuaderno 30 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Nuestra nave pone rumbo a la utopía, y en días como hoy el concepto de viaje por el espacio-tiempo se me hace confuso. Perseguimos a nuestra futura quimera, ayudados por las esperanzas que nos trae el presente y haciendo uso de las experiencias pasadas…Nuestras coordenadas cambian por momentos y con tanto salto temporal me están entrando unas nauseas!
[Tic tac tic tac]
Navegamos, si no hay más cambios, hacia las tierras en donde brotó la lengua en la que ahora escribo este cuaderno. Un idioma, que como cualquier otro se ha dejado influenciar por otras culturas.
¿Existe algo más mestizo que las lenguas?. Puede que en algunas más y en otras menos, pero en todas, hay signos de fusión, de mezcla, influencias que aportan riqueza, y a la larga... entendimiento.
Nuestros viajes como marineros de aguas agridulces, son un ejemplo de ello. En los puertos en los que hacemos escala, no tenemos que comunicarnos con gentes que no hablan nuestro mismo idioma. Y al final terminamos por hacer nuestras las palabras, que viajaran con nosotros rumbo a los distintos destinos que nos depare la procelosa mar de las ondas hertzianas.
[Ráfaga de signos]
Un día más, hablamos en el lenguaje de los ritmos, y las melodías que tantas veces nos acompañan en nuestros periplos. El sonido como idioma universal, es quizás el más antiguo de todas las lenguas del mundo, y por eso lo elegimos como estandarte oficial de nuestra causa. Incluso en momentos donde prima la imagen muda, nosotros esbozamos mentalmente lo que podemos oír a través de ella, como un dibujante que deja hablar y vivir a sus personajes en cada viñeta.
[Nube de pensamientos]
Desde lo alto, observo como a nuestro alrededor comienzan los preparativos para despedir el año que finaliza, mientras se depositan esperanzas y anhelos, en el nuevo año que ya llega.
Nuestro deseo no cambiará nunca: no se vuelve obsoleto, está vigente día tras día: queremos toparnos, de una vez por todas, con nuestra siempre viva Ciudad Invisible.

FUNDE CON CAMPANADAS




jueves, diciembre 29, 2005

Cuaderno 29 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Navegamos al compás de la procelosa mar de las ondas hertzianas, vientos australes azotan nuestro navío, nacen de los lamentos más “sentíos”, que se escuchan a través del espacio-tiempo. Un día más partimos con ese arte que nos caracteriza en busca de nuestra etérea utopía.
[Ay ay ay ay...]
Ponemos rumbo a tierras con raíces, en las que sus gentes estrechan lazos gracias a su parentesco, a sus tradiciones, a sus ritos...Son territorios, que en mi caso he explorado poco, y puede que por eso ahora no sepa ver más allá de los tópicos y de las apariencias. Por eso cierro los ojos y dejo que me invadan otros estímulos sensoriales que llegan a lo alto de este palo mayor.
Sonidos y ritmos que proceden de la pureza más clásica pero que en el transcurso del viaje se enredan y se fusionan con otras melodías innovadoras.
[Ráfaga de martinetes]
Un cante hondo asciende hasta la cofa y me estremece, una voz desgarrada, áspera y profunda me transporta hacia latitudes llenas de emoción y de sentimiento. Golpes secos y cadenciosos comienzan a envolver esta voz rota que se rompe cuando el llanto no la deja aflorar.
Como si de un rito se tratara, cada palma, cada taconeo, cada letra parecen nacer de forma improvisada, y sin embargo, es en ese surgir repentino donde noto la solemnidad y el respeto que tienen las personas que participan en él.
Medito si es el momento adecuado para volver a abrir los ojos y dejarme guiar por el duende que ahora envuelve toda nuestra nave.
[Ráfagas segudillas]
Seguimos navegando, he decidido mantener los párpados cerrados. Lo que no sé, es si la escritura en este cuaderno será legible. Por lo menos espero haber sabido cómo expresar en estas páginas, los sentimientos que me invaden escuchando la música que hoy nos acompaña en la búsqueda de nuestra querida Ciudad Invisible

FUNDE CON FUERTE TACONEO

miércoles, diciembre 28, 2005

Cuaderno 28 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Vientos calientes acarician nuestro navío. Nos conducen hacia lugares tibios, húmedos… Atravesamos el espacio-tiempo sumidos en un intenso gozo, ese deleite que muchas veces nos estimula para continuar en la búsqueda de nuestra anhelada quimera.
[Empieza la cocción]
Me dejo contagiar por el clima suave que ahora nos acompaña. Siento que mi cuerpo, está más sensible que de costumbre. Mientras asciendo a la cofa, cada roce con las velas me eriza la piel. Hoy, desplegadas en todo su esplendor, coquetean con el aire, que las mima y las cuida; parece que suspiran, y este contacto da lugar a una suave melodía, que resuena en cada rincón de este barco.
No sé qué está pasando, pero me siento provocada por cualquier ligero estímulo, que llega a lo alto de este palo mayor. Cada nube, cada ráfaga de viento, incluso el leve balanceo de nuestra nave, me llevan a mordisquearme el labio, mientras fantaseo y descubro deseos ocultos que luchan por ser satisfechos.
Me acaloro por momentos. Un fuerte ardor invade todos los poros de mi cuerpo llegando a censurar cualquier pensamiento que no sea sugerente, sutil, sensual…
[Suspiros contenidos]
Intento controlarme, no vaya a suceder que algún tripulante alce la vista y contemple este espectáculo en el que me veo inmersa. Sin embargo me es imposible ocultar mis ansias de disfrutar. En el paisaje que nos rodea sólo veo caminos que me conducen hacia la satisfacción carnal y por más que utilizo las hojas de este cuaderno a modo de abanico, poco puedo sofocar mis anhelos.
[Suspiros descarados]
Continúo relamiéndome, imagino que todos mis apetitos son complacidos. La procelosa mar de las ondas hertzianas, me sugiere más fantasías que llevar a cabo. Entre respiraciones entrecortadas y ligeros susurros un día más, observo el horizonte para dar con el paradero de nuestra voluptuosa, erótica y nada inocente Ciudad Invisible.

FUNDE CON JARRO DE AGUA BIEN FRÍA

martes, diciembre 27, 2005

Cuaderno 27 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Retornamos a los orígenes de este largo periplo que persigue a la utopía. Ponemos rumbo a Oriente.
Como depositarios del testigo que nos dejó aquel viajero veneciano, un día más navegamos a través de la procelosa mar de las ondas hertzianas en busca de los confines donde nace el sol.
[Ráfaga de arena]
Tierras exóticas se abren a nuestro paso a través del espacio-tiempo. Mundos recreados por la imaginación del hombre son ahora el escenario que nos rodea. Pero, la historia y la leyenda, muchas veces se ven cubiertas por el manto del idealismo y la fantasía, y cuando se descubren de nuevo, el choque con la cruda realidad puede ser mortal.
Nosotros estamos apunto de estrellarnos con ella. Atrás hemos dejado una gran muralla que escondía celosamente los secretos que dentro de poco vamos a desentrañar.
[Gong....]
Aromas y ritmos procedentes de lejanas tierras comienzan a invadirnos. Nos dejamos impregnar por todos ellos. Somos una nave nómada que rápidamente se adapta a los cambios, aunque no nos olvidamos nunca de nuestra tradición y nuestras costumbres que, conservamos en la intimidad de forma muy estricta, casi religiosa.
Desde lo alto de la cofa puedo divisar ya, el perfil de viejos imperios. Y también el color predominante en sus calles, una luz roja envuelve muchos de los rincones de estos lugares. Sin embargo, el matiz es bien distinto según qué espacio observe.
A medida que avanzamos el contraste es mayor y las diferencias entre estos dos frentes, grandes civilizaciones antiguas, son numerosas. La riqueza y la decadencia marcan cada uno de nuestros pasos.
[Ráfaga de calor]
Seguimos navegando. Las coordenadas señalan al sol, que ahora se impone firme en el horizonte. La luz de esta calurosa estrella, así como el paisaje que ahora observo, luchan por sobrevivir a medida que transcurre el tiempo.
La palabra nos guía, en ella encontramos los estímulos que nos hacen falta para continuar en la búsqueda de nuestra querida Ciudad Invisible.

FUNDE CON AMARILLO

Cuaderno 26 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Comenzamos un nuevo periplo en busca de nuestra anhelada utopía. Hacemos equilibrios para navegar con firmeza a través de la procelosa mar de las ondas hertzianas que hoy se muestra caprichosa y se reduce hasta formar una finísima vía por la que debemos transitar.
[Rafaguita de viento]
Al ascender por el palo mayor me invade un cierto vértigo. Hasta ahora, no me había dado cuenta de que un paso en falso subiendo por esta escala, puede suponer una caída hacia el vacío. No miro atrás y me concentro orientando mis ojos hacia la cofa, que cada vez está más cerca. Por fin llego…
Tantos días haciendo lo mismo, me han convertido en una experta saltimbanqui, sin embargo nunca me había parado a pensar en los peligros que acarrea esta acción…
[Mareo tonto]
Llevo un rato meditando sobre los riesgos que supone este viaje a través del espacio-tiempo. Y en como la tripulación los asume y sale siempre airosa de cualquier percance. Quizás se deba a que con el paso de los años, el cuerpo y la mente de mis compañeros, se han ido adaptando a las condiciones de navegación. Puede que si echarán la vista atrás no se reconocieran.
Nuestro navío acoge a marineros tan dispares, que todos juntos formarían un conjunto de personajes sacados de un relato de Tim Burton. Como buenos bucaneros, capaces de domar a las fieras más salvajes y enfrentarse a los lances más peligrosos, todos, tienen alguna señal en el cuerpo, que les recordará de por vida sus aventuras.
[Suena un villancico]
Seguimos navegando, nos balanceamos mientras surcamos las finas aguas que mecen nuestro barco. Si ahora mismo observara desde fuera a esta embarcación, asistiría a un espectáculo, en el que la diversión y la emoción estarían garantizadas.
Personas que vuelan entre los mástiles, otras que por arte de magia desaparecen entre las vaporosas velas, o polizones que resbalan y caen de bruces sobre la cubierta, provocando las carcajadas de los altos mandos.
Todo ello en perfecta armonía, al mismo tiempo que día tras día hacemos malabares con los mapas para dar de una vez por todas con nuestra querida Ciudad Invisible.

FUNDE CON REDOBLE DE TAMBOR

viernes, diciembre 23, 2005

Cuaderno 23 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Nuestra nave traspasa las fronteras del espacio-tiempo. Un día más, jugamos a buscar lo imperceptible. La procelosa mar de las ondas hertzianas, se engalana, mientras nosotros la contemplamos con ojos asombrados. Cada año se vuelve a vestir de amor, paz, buena voluntad… siempre es lo mismo, pero nunca no deja de conmoverme.
[Ráfaga alegre]
Puede que hoy esté un poco “blandita”, es la resaca de una noche llena de sorpresas. Ya sé que para muchos, es mañana la gran fiesta, pero a causa de mi trabajo en esta nave, a mí se me ha concedido este regalo de adelanto. Muchas gracias.
Ayer volví a sentirme como una niña. Me di cuenta, con asombro, que poca gente pierde de vista para siempre su infancia.
Y esta mañana he vuelto a comprender y a entender porqué a los más pequeños les gustan tanto estas fechas. Por supuesto que es fundamental que te hagan un regalo, y sin que sea tu cumpleaños, pero quizá lo más importante es la espera, y dejar que te asombren fácilmente.
[Sorpresa]
Dicen que los protagonistas de estos días son los más pequeños, estoy de acuerdo. En los puertos en los que hacemos escala, me gusta observarlos, están nerviosos, alegres y expectantes... todo a la vez.
Muchos afirman, que es su inocencia la que les permite disfrutar de cada instante, y yo sin embargo, creo que lo que ocurre, es que son los más listos, los más sabios... porque son ellos los que mejor perciben que algo grande y bonito está sucediendo. Se dan cuenta, de que hay pocos momentos en los que mucha gente se pone de acuerdo para hacer algo bueno, y en este caso es para hacerles felices.
[Ráfaga pastelosa]
Seguimos navegando, desde la cofa oteo cómo sigue en marcha ese espectáculo destinado a todo aquel que sea un niño, ya sea grande o pequeño. Como en toda empresa de este calado, siempre hay algo de ficticio, pero el resultado es una gran verdad. Por unos segundos muchos rozamos esa quimera y nos sentimos plenos y afortunados como si ya formáramos parte de nuestra querida Ciudad Invisible


FUNDE CON UNA ZAMBOMBA

jueves, diciembre 22, 2005

Cuaderno 22 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Hoy, durante un largo periodo en el espacio-tiempo, la procelosa mar de las ondas hertzianas se ha llenado de diminutas bolitas, que empujadas por el azar, formaban una pareja. De esa unión nacían grandes tesoros, pero la diosa fortuna no ha querido rozar a nadie de la tripulación. Nosotros habíamos apostado por aquellas pequeñas bolas que se han quedado solteras por lo menos, hasta dentro de un año.
[Ráfaga con la boca abierta]
Navegamos en busca del consuelo que nos aportan los pequeños premios diarios. Aquellos que se esconden en la rutina del día a día. Somos marineros de aguas agridulces a los que nos guían grandes principios, ideas elevadas y pensamientos trascendentales y sin embargo no despreciamos cualquier sorpresa, por minúscula que sea, para divertirnos y hacer ameno nuestro viaje que se dirige a la utopía.
Desde lo alto de la cofa oteo el horizonte, esa finísima línea, a la que perseguimos pero que nunca alcanzamos. Muchas veces nos olvidamos de ella y nos dejamos embaucar por las formas y los colores que deja a su paso. Esa línea desaparece como por arte de magia, cuando no le prestamos la atención suficiente y sólo se nos muestra en el momento en que nos damos cuenta de que debe de haberse ocultado en alguna parte.
[Paisaje invisible]
Todo lo que veo hoy son ilusiones ópticas, hemos puesto rumbo a lugares en donde la percepción de las cosas varía en virtud de la rapidez con que movamos nuestros ojos. Desde mi posición y aunque parezca imposible, observo como los objetos disminuyen y se hacen microscópicos, casi imperceptibles, incluso la tripulación que trabaja sin descanso en la cubierta, es parecida a la gran familia de Los diminutos.
[Música de aquella maravillosa serie de tv]
Seguimos navegando, como dicen algunos, por lo menos somos ricos en salud, que no es poco. Pienso que si hoy no hemos tenido suerte con el juego navideño, puede que la razón sea que los hados nos deparen un destino mejor, y nos concedan la buena estrella que nos señale el paradero de nuestra querida Ciudad Invisible.
FUNDE CON POLVOS MÁGICOS

miércoles, diciembre 21, 2005

Cuaderno 21 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Las luces de nuestro navío alumbran nuestra travesía por la procelosa mar de las ondas hertzianas. El sol lleva oculto desde hace varias horas y la luna se esconde tras las nubes, así que poco alcanzo a divisar en esta noche cerrada.
[Ráfaga de niebla]
Mi posición, aquí en lo alto del palo mayor, me oculta a los ojos del resto de la tripulación. La cofa me vuelve a otorgar el papel de espectadora entre las sombras.
Sólo un meneo brusco podría delatarme. Actúo con cautela, me muevo como un felino agazapado. Intento disimular el estado de excitación que me produce hoy mi trabajo. Me gusta esta sensación, soy un voyeur que observa a sus compañeros y en este comportamiento hay algo prohibido que me entusiasma y me vicia a seguir mirando.
[Impulsos contenidos]
Los miembros de esta embarcación continúan con sus tareas rutinarias, y me pregunto que harían si supiesen que alguien escudriña todos y cada uno de sus movimientos.
Es tan diferente cómo actúan las personas dependiendo de quién les preste atención...
Como seres sociales que somos, posamos y actuamos ante los demás en nuestras labores del día a día. Sólo nuestro comportamiento cambia en la intimidad. La naturalidad de muchos de nuestros actos se reserva para pocas personas. La barrera de los comportamientos correctos, dificulta el camino que se dirige hacia el verdadero conocimiento del otro. Incluso la gentes más desinhibidas tienen algo que esconder.
[Pudor vergonzoso]
Seguimos navegando, ponemos rumbo hacia un diminuto punto de luz que se disipa a lo lejos, en la línea del horizonte. Atravesamos el espacio – tiempo, nuevos sonidos nos guían en nuestro periplo en busca de lo etéreo, aquello, que se manifiesta sólo ante los ojos del que sabe captar la esencia de lo intangible. Esa cualidad despojada de todo pudor que posee nuestra querida Ciudad Invisible.

FUNDE CON AMPLITUD DE MIRAS

martes, diciembre 20, 2005

Cuaderno 20 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Navegamos en una lucha sin tregua, día tras día peleamos y hacemos frente a los obstáculos, para continuar el camino que se dirige a la utopía. Y a pesar, de que no nos acobardamos ante cualquier enemigo, preferimos no toparnos con ninguno, no vaya a suceder que en el enfrentamiento nos olvidemos de los principios que nos guían en nuestra búsqueda.
[Aire frío]
Muchas batallas ha resistido este navío, y a medida que pasa el tiempo, y releemos las páginas de este cuaderno, nos damos cuenta de que la mayor parte de ellas fueron ridículas. No sirvieron nada más que para sembrar miedo, terror, rencor, odio…
Muchas víctimas se quedaron en el camino y siempre los primeros en caer han sido los más inocentes. Esas personas, por las cuales sus superiores decían luchar, mientras que veían con ojos asustadizos todo lo que ocurría a su alrededor.
Es curioso, en cualquier guerra cada bando lucha por alcanzar su propia quimera, y sin embargo llegar a ese ideal sólo provoca destrucción y muerte.
[Bombardeos]
Durante el tiempo que llevo yo aquí, todavía no ha estallado ningún enfrentamiento con otro navío que buscando lo mismo que nosotros, utilice otros medios para lograr su fin.
Espero no tener nunca que ascender temerosa hasta la cofa por miedo a que me derribe un cañonazo.
Me da pánico ser víctima, ya no sólo por el dolor físico, sino también por no poder curar, de por vida, la herida abierta por el resentimiento.
En las guerras siempre habrá vencedores y vencidos y la consecuencia más directa y más peligrosa, ya no es el hambre, la pobreza, o la tristeza provocada por la muerte de seres queridos. El gran problema, es que a ninguno de los dos grupos se le olvida, que unos ganaron y otros perdieron.
[Restos de humo gris]
Continuamos nuestro periplo de hoy surcando la procelosa mar de las ondas hertzianas. Atravesamos el espacio-tiempo, para encontrar la esencia de la memoria perdida, aquella que debe ser recuperada, pero sólo con el objetivo de unir en vez de dividir.
Quizá éste sea uno de los viajes más difíciles para dar con el paradero de nuestra ideada y querida Ciudad Invisible.
FUNDIR CON RÁFAGA DE ESPERANZA

lunes, diciembre 19, 2005

Cuaderno 19 Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Nuestra nave se prepara un día más para atravesar el espacio-tiempo, nos despojamos de todo peso que nos impida navegar ligeros. Perseguimos lo impalpable, aquello que flota en los pensamientos y en las palabras de la gente, pero que huye veloz y no se deja capturar.
[R]
Seguimos el sol, y ponemos rumbo hacia el calor, para darnos una pequeña tregua y olvidarnos por un rato del frío.
Viajamos rodeando las costas de un gran continente. Dicen de él, que es uno de los más pobres de este mundo, y aunque no se equivocan los que afirman que en estas tierras, las desgracias son las más abundantes por metro cuadrado, también es cierto que mirando más allá de los datos, las cosas no son lo que parecen.
Desde lo alto, en la cofa vuelvo a divisar el horizonte con otra perspectiva. Este paisaje esconde una manera de sobrevivir y tomarse las cosas, que deberíamos de imitar más a menudo.
[R]
De los rostros de muchos que habitan este continente, se desprenden la alegría y la sabiduría que ha ido trasmitiéndose de generación en generación, a pesar de las adversidades.
El color de su piel, oscuro como el azabache se deja tostar por el sol. Mientras que las sonrisas frecuentes sobretodo en los más pequeños, me siguen sorprendiendo. Nosotros nos ahogamos en un vaso de agua, y a ellos es difícil que les cambie el carácter, incluso cuando pasan hambre, que suele ser lo más habitual.
¿Qué tendrán? Aunque sea un tópico es verdad: Son pobres pero ricos. Este continente al que calificamos como en vías de desarrollo, conserva valores que nosotros ya no utilizamos, y un estilo de vida que hemos cambiado en un trueque, del que hemos salido perdiendo.
[R]
Seguimos navegando, la procelosa mar de las ondas hertzianas nos conduce a través de selvas, sabanas y desiertos. Los ojos que nos miran nos dan la bienvenida. Comienza un ritual, un baile en el que sus participantes nos saludan y nos invitan a hacer escala por esta zona. Puede que en estos ritmos y en lo que nos cuentan se encuentre la esencia de nuestra querida Ciudad Invisible.

FUNDIR CON RÁFAGA DE ARENA

viernes, diciembre 16, 2005

Cuaderno 16 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Nuestro navío se abre paso a través de las aguas de la procelosa mar de las ondas hertzianas. Nada nos detiene en nuestro afán por encontrar nuestra deseada quimera. Somos libres para viajar a través del espacio-tiempo, no existen motivos que nos retengan y nos hagan desistir en nuestro empeño.
[R]
Cuando oteo el horizonte desde la cofa, me invade una gran sensación de libertad. El viento azota mi cara, despeja mi cabeza y me recuerda que estoy viva.
Desde lo alto observo cómo el mundo se abre en todo su esplendor para nosotros. Trabajar al aire libre, es una de las ventajas de la labor del vigía. Aunque mi posición se reduzca a un mínimo espacio rodeado de pequeños barrotes de madera, mis pensamientos me permiten volar y escapar de este barco, siempre que me sienta prisionera en él.
[R]
Debemos de estar agradecidos, las condiciones de trabajo de los marineros de aguas agridulces han mejorado con el paso de los años. No sólo en nuestro modo de vida, también en las situaciones más peliagudas, como cuando algún tripulante comete una falta grave. El castigo, se cumple con varios días de prisión en las mazmorras de la nave, pero ya no se condena a nadie a desfilar por la tabla y destinarle a los caprichos de la diosa Fortuna.
Sin lugar a dudas esta evolución es decisiva para todos. Nunca he creído en las amenazas y en el miedo para dejar de hacer ciertas cosas. Con esto no quiero decir, que las acciones que afecten a la convivencia y a la individualidad del otro, no deban de ser sancionadas.
Pero sí pienso que al dar a una persona un escarmiento, se le debe de ofrecer la posibilidad de enmendar su comportamiento, si realmente lo desea.
¿No decimos que la violencia engendra violencia? Entonces, por qué todavía existen lugares, en los que dependiendo de dónde emane esa violencia, se legitima?
[R]
Seguimos navegando, un día más tengo que decir que me gusta viajar en esta nave y escribir este cuaderno. Y la razón es muy sencilla, me han dejado elegir en libertad si deseo continuar en la búsqueda de nuestra querida Ciudad Invisible.

FUNDE O SE EXPANDE AL INFINITO

jueves, diciembre 15, 2005

Cuaderno 15 Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
La majestuosidad de nuestro navío, se impone sobre la procelosa mar de las ondas hertzianas. Cada día, este barco y los anhelos de su tripulación, renacen como el ave fénix, de sus cenizas, para continuar en busca de la utopía.
[Viento del Este]
Nuestros ideales vuelan a través del espacio-tiempo. En realidad somos un pequeño punto que viaja por el gran cosmos, pero yo, desde la cofa observo nuestra nave en todo su esplendor.
Hoy sobrevolamos lugares desconocidos para el hombre y cuya imaginación, ha dibujado a lo largo de la historia, desde tiempos mitológicos hasta la actualidad.
Morada de Zeus, de ángeles, de santos y otras deidades, esa esfera azul que envuelve a la tierra ha sido hasta hace poco surcada únicamente por animales alados.
Algo de cierto hay en lo que se ha dicho sobre este paisaje, por el que ahora batimos nuestros remos.
Traspasados los malos humos y ese telón de gases sucios y tóxicos una sensación de bienestar nos invade.
¿Sería aquello el limbo?... ¡Ah no! Que eso dicen que ya no existe…
[Niebla gris]
No hay ni una sola nube, pero tampoco diviso las estrellas. Sin la luna no sé de qué manera vamos a marcar las coordenadas a partir de ahora. Sin embargo esto no me importa, un sentimiento de paz y felicidad me embriaga.
Al igual que ocurre cuando dejo mi mente en blanco, me relajo con la certeza de que nada malo nos puede pasar.
No hay ruido ni movimientos bruscos que ahora nos puedan perturbar. Flotamos en el éter, y nos quedamos suspendidos en medio de la nada, en un espacio que carece de formas y colores.
[Ráfaga de luz]
Buscamos el séptimo cielo, y creo que estamos cerca, aquí no hay miedos, ni maldad. Sólo armonía, placer, alegría…
Si esto, no es resultado de un bonito sueño provocado por el opio con el que consolamos nuestras incertidumbres. Puede que estemos rozando la infinita Ciudad Invisible.
FUNDIR CON SINTONÍA CON CUÑA

miércoles, diciembre 14, 2005

Cuaderno 14 de Diciembre

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

El desenfreno y el descontrol guían nuestro periplo de hoy. Ponemos rumbo hacia los instintos más básicos del ser humano. En nuestras coordenadas, el deseo y la carne, son nuestro principal objetivo. Ya era hora, porque llevábamos un extenso periodo de abstinencia
[Ráfaga]
En jornadas como esta, me escama tener que ascender hasta la cofa, este espacio se convierte en un gran cinturón de castidad que no me deja disfrutar de los placeres con los que ahora mismo se deleita la tripulación en la cubierta.
A modo de “vuayer” forzoso, he de decir, que tampoco observo que se esté produciendo una bacanal parecida a las de un cuadro del Bosco, pero sí que es cierto que mis compañeros se regocijan los unos con los otros. Y con tanto roce y tanta orgía, comienzan a saltar chispas, que acarician la procelosa mar del las ondas hertzianas, humedeciéndola.
[Ráfaga]
Sin embargo, pasado un rato, me doy cuenta que la propia naturaleza del hombre, sale a la luz. Comienzan los celos.
Pasar un rato divertido puede estar muy bien, pero nuestro gusto por ser especiales y únicos, es más fuerte que el gozo que producen las relaciones múltiples y libertinas.
Lo que ocurre ahora ya no es ni lujurioso ni morboso. En mis compañeros empiezan a aflorar deseos de fidelidad y de respeto. Cada cual, exige lealtad sólo a una persona. Pero es curioso, porque mientras reclama la confianza del otro…, de sus gestos y de su comportamiento, deduzco que no piensa proceder de la misma manera…
[Ráfaga]
Poco a poco las cosas retornan a su estado habitual. Y aunque las apariencias pueden engañar, todo parece volver a su cauce.
Seguimos navegando, el nivel de hormonas se equilibra, excepto en mi caso, que todavía no se me ha pasado el calentón. Espero que la próxima vez este estallido no me coja en las alturas y pueda disfrutar de los placeres terrenales.
Mientras como sustitutivo, emplearé la inquietud que me provoca el no saber si será hoy cuando demos con el paradero de nuestra querida Ciudad Invisible.

FUNDIR CON SINTONÍA CON CUÑA