CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Nuestra singladura es el cuento de nunca acabar, la historia interminable que se escribe día tras día a lo largo de las páginas en blanco de este cuaderno. Cada narrador escenifica en él sus pensamientos y sus anhelos y, y aunque muchas veces intento con toda ansia plasmar un sentir general, que agrade a todos, me doy cuenta de que la verdadera utopía es: encontrar algo que realmente nos una a todos…
[RÁFAGA]
Como el pequeño infante que comienza a descubrir la realidad que le rodea, yo me propongo cada día emocionarme con todo lo nuevo que se aprende en un periplo como el que llevamos a cabo. Y cuando a veces el clima es desolador, le echo el anzuelo a la imaginación para viajar con ella a través del espacio y del tiempo…en un subjetivismo soñador que lo único que pretende es maniobrar por las a veces tristes y grises circunstancias que nos rodean…
[RÁFAGA]
Busco aquello que me retrotraiga a otros lugares, que me permita conseguir un billete que conduzca a un entorno amable. No sé qué puede ser exactamente…, quizá algo como esa magdalena evocadora y recién horneada, puede que incluso glaseada… o una vela sobre un pastel de chocolate… o el ruido que hace el papel transparente que envuelve a un deseado y bien ganado caramelo de fresa…
Una vez más dejo que mis deseos naveguen por los inescrutables caminos de la fantasía, ya que hoy el oído, el olfato y el gusto se han topado con los aranceles de la dichosa alergia. Por lo que sólo me quedan los ojos para soñar despierta…
[RÁFAGA]
Seguimos navegando, la procelosa mar de las ondas hertzianas durante esta jornada parece haber sido pintada con estilo “naif”. Poco a poco la cubierta aloja a personajes de colores vivos que alegran el ambiente. Puede que sea producto de los antihistamínicos, pero lo que ocurre podría ser un buen adelanto de lo que es para esta vigía su querida Ciudad Invisible…
FUNDIR CON EL CORRO DE LA PATATA
Nuestra singladura es el cuento de nunca acabar, la historia interminable que se escribe día tras día a lo largo de las páginas en blanco de este cuaderno. Cada narrador escenifica en él sus pensamientos y sus anhelos y, y aunque muchas veces intento con toda ansia plasmar un sentir general, que agrade a todos, me doy cuenta de que la verdadera utopía es: encontrar algo que realmente nos una a todos…
[RÁFAGA]
Como el pequeño infante que comienza a descubrir la realidad que le rodea, yo me propongo cada día emocionarme con todo lo nuevo que se aprende en un periplo como el que llevamos a cabo. Y cuando a veces el clima es desolador, le echo el anzuelo a la imaginación para viajar con ella a través del espacio y del tiempo…en un subjetivismo soñador que lo único que pretende es maniobrar por las a veces tristes y grises circunstancias que nos rodean…
[RÁFAGA]
Busco aquello que me retrotraiga a otros lugares, que me permita conseguir un billete que conduzca a un entorno amable. No sé qué puede ser exactamente…, quizá algo como esa magdalena evocadora y recién horneada, puede que incluso glaseada… o una vela sobre un pastel de chocolate… o el ruido que hace el papel transparente que envuelve a un deseado y bien ganado caramelo de fresa…
Una vez más dejo que mis deseos naveguen por los inescrutables caminos de la fantasía, ya que hoy el oído, el olfato y el gusto se han topado con los aranceles de la dichosa alergia. Por lo que sólo me quedan los ojos para soñar despierta…
[RÁFAGA]
Seguimos navegando, la procelosa mar de las ondas hertzianas durante esta jornada parece haber sido pintada con estilo “naif”. Poco a poco la cubierta aloja a personajes de colores vivos que alegran el ambiente. Puede que sea producto de los antihistamínicos, pero lo que ocurre podría ser un buen adelanto de lo que es para esta vigía su querida Ciudad Invisible…
FUNDIR CON EL CORRO DE LA PATATA
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