CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
A veces la melancolía aflora en la fría cubierta. La vida en esta nave errante se convierte así, en el abono perfecto para que crezca la nostalgia por la tierra firme. Hoy buscamos en el éter sonoro, que vaga al compás de la procelosa mar de las ondas hertzianas el consuelo y el abrigo que nos proporciona su calidez y su capacidad para transformar una singladura con morriña, en un periplo alegre más cercano a lo que es la quimera…
[RÁFAGA]
Al viento…, “al vent”, le imploro sea durante esta jornada misericordioso y nos deje salir del interior de este navío para poder sentir el aire fresco que se respira en alta mar y así tener una sensación plena de libertad.
Navegamos soberanos de nuestros actos, sin aranceles ni fronteras que puedan obstaculizar nuestro camino. Este privilegio por muchos, ganado, en nuestros días puede no ser apreciado, sin embargo antes, los límites divisorios en los mapas se imponían con sangre, sudor y lágrimas…
[RÁFAGA]
Mi mente pone rumbo y mira hacia un sentimiento que creo, no sólo es posible cuando las coordenadas exteriores favorecen su hallazgo…Algo en nuestro interior también le abre camino. Sentirse libre no se consigue únicamente cuando el panorama y el paisaje que te rodean son propicios, o aparentemente favorables…
Al fin y al cabo, la separación entre el sentir y el ser es muy fina… casi imperceptible: la diferencia, reside en creer…
Para ser libre hay que creérselo… y para ello hay que encontrar razones…
[RÁFAGA]
Las melodías que vuelven a protagonizar esta aventura a través del espacio y del tiempo, hoy han convertido mi melancolía en un discurso todavía sin conclusiones ni final escrito. Puede que la solución la encuentre en nuestra sabia e independiente Ciudad Invisible…
FUNDIR CON SINTONÍA CON CUÑA
A veces la melancolía aflora en la fría cubierta. La vida en esta nave errante se convierte así, en el abono perfecto para que crezca la nostalgia por la tierra firme. Hoy buscamos en el éter sonoro, que vaga al compás de la procelosa mar de las ondas hertzianas el consuelo y el abrigo que nos proporciona su calidez y su capacidad para transformar una singladura con morriña, en un periplo alegre más cercano a lo que es la quimera…
[RÁFAGA]
Al viento…, “al vent”, le imploro sea durante esta jornada misericordioso y nos deje salir del interior de este navío para poder sentir el aire fresco que se respira en alta mar y así tener una sensación plena de libertad.
Navegamos soberanos de nuestros actos, sin aranceles ni fronteras que puedan obstaculizar nuestro camino. Este privilegio por muchos, ganado, en nuestros días puede no ser apreciado, sin embargo antes, los límites divisorios en los mapas se imponían con sangre, sudor y lágrimas…
[RÁFAGA]
Mi mente pone rumbo y mira hacia un sentimiento que creo, no sólo es posible cuando las coordenadas exteriores favorecen su hallazgo…Algo en nuestro interior también le abre camino. Sentirse libre no se consigue únicamente cuando el panorama y el paisaje que te rodean son propicios, o aparentemente favorables…
Al fin y al cabo, la separación entre el sentir y el ser es muy fina… casi imperceptible: la diferencia, reside en creer…
Para ser libre hay que creérselo… y para ello hay que encontrar razones…
[RÁFAGA]
Las melodías que vuelven a protagonizar esta aventura a través del espacio y del tiempo, hoy han convertido mi melancolía en un discurso todavía sin conclusiones ni final escrito. Puede que la solución la encuentre en nuestra sabia e independiente Ciudad Invisible…
FUNDIR CON SINTONÍA CON CUÑA
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