CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Hoy la nave parece arremeter contra las olas con renovado brío. Como si conociese de antemano el destino al que hemos de arribar, cosa que no podría asegurar -me temo- ni el propio comandante de esta expedición… Buscamos la utopía, el no-lugar ideal en el espacio tiempo, pero en las cartas náuticas no asoma, ni siquiera como esas bestias míticas que habitaban el mar inexplorado…
[GROAAAARRRR]
Navegamos a tientas, o de oídas… Costeamos continentes como quien acaricia contornos con la mano, delicadamente. Con el deleite reverencial propio de los mitómanos, y el temor de los amantes arrobados que sufren y se atormentan con sólo imaginar la expulsión del Edén que han construido… ¿Alcanzar la quimera? Hay quien tiembla de espanto si lo piensa. Hay quien pretende conservar incólume la pompa en la que vive; la burbuja en la cuál flota al albur de los vientos… Yo no tengo semejantes problemas, pues soy un descreído. Cuando era joven y vulnerable llegué a asociar conceptos automáticamente. Para mí, crecido en los 80 del Madrid de extrarradio y del “esto no es Hawai, que guay”, quedó claro bien pronto que Paraíso, lo que es Paraíso, siempre será Para ti… y está enclavado en largas pestañas como hojas de palmera, y en pieles bronceadas cerca de el lago azul…
[POP]
Seguimos navegando; por los mares del Sur bajo una enorme Luna de miel anaranjada… es curiosa la paz que siento dentro… la calma que ha arropado estas ensoñaciones… Quizás ya estoy de vuelta, como los abducidos que no recuerdan nada, de las amables dársenas de la Ciudad Invisible.
FUNDE CON VOLTERETA
Hoy la nave parece arremeter contra las olas con renovado brío. Como si conociese de antemano el destino al que hemos de arribar, cosa que no podría asegurar -me temo- ni el propio comandante de esta expedición… Buscamos la utopía, el no-lugar ideal en el espacio tiempo, pero en las cartas náuticas no asoma, ni siquiera como esas bestias míticas que habitaban el mar inexplorado…
[GROAAAARRRR]
Navegamos a tientas, o de oídas… Costeamos continentes como quien acaricia contornos con la mano, delicadamente. Con el deleite reverencial propio de los mitómanos, y el temor de los amantes arrobados que sufren y se atormentan con sólo imaginar la expulsión del Edén que han construido… ¿Alcanzar la quimera? Hay quien tiembla de espanto si lo piensa. Hay quien pretende conservar incólume la pompa en la que vive; la burbuja en la cuál flota al albur de los vientos… Yo no tengo semejantes problemas, pues soy un descreído. Cuando era joven y vulnerable llegué a asociar conceptos automáticamente. Para mí, crecido en los 80 del Madrid de extrarradio y del “esto no es Hawai, que guay”, quedó claro bien pronto que Paraíso, lo que es Paraíso, siempre será Para ti… y está enclavado en largas pestañas como hojas de palmera, y en pieles bronceadas cerca de el lago azul…
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Seguimos navegando; por los mares del Sur bajo una enorme Luna de miel anaranjada… es curiosa la paz que siento dentro… la calma que ha arropado estas ensoñaciones… Quizás ya estoy de vuelta, como los abducidos que no recuerdan nada, de las amables dársenas de la Ciudad Invisible.
FUNDE CON VOLTERETA
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