CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Nuestra nave se prepara un día más para atravesar el espacio-tiempo, nos despojamos de todo peso que nos impida navegar ligeros. Perseguimos lo impalpable, aquello que flota en los pensamientos y en las palabras de la gente, pero que huye veloz y no se deja capturar.
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Seguimos el sol, y ponemos rumbo hacia el calor, para darnos una pequeña tregua y olvidarnos por un rato del frío.
Viajamos rodeando las costas de un gran continente. Dicen de él, que es uno de los más pobres de este mundo, y aunque no se equivocan los que afirman que en estas tierras, las desgracias son las más abundantes por metro cuadrado, también es cierto que mirando más allá de los datos, las cosas no son lo que parecen.
Desde lo alto, en la cofa vuelvo a divisar el horizonte con otra perspectiva. Este paisaje esconde una manera de sobrevivir y tomarse las cosas, que deberíamos de imitar más a menudo.
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De los rostros de muchos que habitan este continente, se desprenden la alegría y la sabiduría que ha ido trasmitiéndose de generación en generación, a pesar de las adversidades.
El color de su piel, oscuro como el azabache se deja tostar por el sol. Mientras que las sonrisas frecuentes sobretodo en los más pequeños, me siguen sorprendiendo. Nosotros nos ahogamos en un vaso de agua, y a ellos es difícil que les cambie el carácter, incluso cuando pasan hambre, que suele ser lo más habitual.
¿Qué tendrán? Aunque sea un tópico es verdad: Son pobres pero ricos. Este continente al que calificamos como en vías de desarrollo, conserva valores que nosotros ya no utilizamos, y un estilo de vida que hemos cambiado en un trueque, del que hemos salido perdiendo.
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Seguimos navegando, la procelosa mar de las ondas hertzianas nos conduce a través de selvas, sabanas y desiertos. Los ojos que nos miran nos dan la bienvenida. Comienza un ritual, un baile en el que sus participantes nos saludan y nos invitan a hacer escala por esta zona. Puede que en estos ritmos y en lo que nos cuentan se encuentre la esencia de nuestra querida Ciudad Invisible.
FUNDIR CON RÁFAGA DE ARENA
lunes, diciembre 19, 2005
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