CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Navegamos cruzando el mundo de punta a punta. Nos ensimismamos en el viaje mismo, gozando de cada ráfaga de aire que azota nuestras caras. Por eso tomamos hoy como referente para encontrar nuestra utopía, la idea de otro gran viajero que dejó hacer a su singladura para transformar al trotamundos.
[Ráfaga con mochila]
Nuestro periplo tiene dos rostros, el primero, son los diferentes paisajes que podemos contemplar durante sólo una jornada.
La segunda tez, quizá es la más profunda, cada día, nosotros, como marineros de aguas agridulces creamos un mundo propio. Inmerso en un mapa que trazamos gracias a los sonidos y a las imágenes que envuelven nuestra nave.
Un nuevo universo que renace con los nuevos rayos de sol y se esconde en el ocaso. Habitado por las personas que pasean en la fecha, por la cubierta y gobernado por el deseo de ver más allá de la línea del horizonte, traspasando fronteras hasta llegar a nuestra quimera...
[Ráfaga sin pasaporte]
Con el paso del tiempo hemos ido haciendo acopio de experiencias que recogemos en esta bitácora. Un gran manuscrito que contiene todo el saber, del que somos capaces de tener... y en sus páginas, futuros lobos de mar podrán leer y aprender las formas más rápidas y cómodas de traspasar el túnel del espacio-tiempo. Y podrán saber que lugares con encanto se esconden tras las turísticas aguas de la procelosa mar de las ondas hertzianas.
Este cuaderno con el paso de los años, se ha convertido, no sólo en un libro de aventuras, también en una gran guía a la que poder acudir cada vez que zarpamos...
[Ráfaga señalizadora]
Seguimos navegando. Viajeros que se deslizan por las curvas del reloj de arena, buscamos puertos nuevos en los que encontrar la pista que nos señale otra dársena, la más intangible, la más anhelada...pero mientras llega ese momento seguiremos alojando cada uno en nuestro baúl, los souvenir que coleccionamos mientras buscamos a nuestra querida Ciudad Invisible
FUNDE CON POSTAL SONORA
Navegamos cruzando el mundo de punta a punta. Nos ensimismamos en el viaje mismo, gozando de cada ráfaga de aire que azota nuestras caras. Por eso tomamos hoy como referente para encontrar nuestra utopía, la idea de otro gran viajero que dejó hacer a su singladura para transformar al trotamundos.
[Ráfaga con mochila]
Nuestro periplo tiene dos rostros, el primero, son los diferentes paisajes que podemos contemplar durante sólo una jornada.
La segunda tez, quizá es la más profunda, cada día, nosotros, como marineros de aguas agridulces creamos un mundo propio. Inmerso en un mapa que trazamos gracias a los sonidos y a las imágenes que envuelven nuestra nave.
Un nuevo universo que renace con los nuevos rayos de sol y se esconde en el ocaso. Habitado por las personas que pasean en la fecha, por la cubierta y gobernado por el deseo de ver más allá de la línea del horizonte, traspasando fronteras hasta llegar a nuestra quimera...
[Ráfaga sin pasaporte]
Con el paso del tiempo hemos ido haciendo acopio de experiencias que recogemos en esta bitácora. Un gran manuscrito que contiene todo el saber, del que somos capaces de tener... y en sus páginas, futuros lobos de mar podrán leer y aprender las formas más rápidas y cómodas de traspasar el túnel del espacio-tiempo. Y podrán saber que lugares con encanto se esconden tras las turísticas aguas de la procelosa mar de las ondas hertzianas.
Este cuaderno con el paso de los años, se ha convertido, no sólo en un libro de aventuras, también en una gran guía a la que poder acudir cada vez que zarpamos...
[Ráfaga señalizadora]
Seguimos navegando. Viajeros que se deslizan por las curvas del reloj de arena, buscamos puertos nuevos en los que encontrar la pista que nos señale otra dársena, la más intangible, la más anhelada...pero mientras llega ese momento seguiremos alojando cada uno en nuestro baúl, los souvenir que coleccionamos mientras buscamos a nuestra querida Ciudad Invisible
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