CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Nuestra nave surca el espacio-tiempo en busca de la quimera. Alzamos de nuevo, nuestra bandera, el blasón de los marineros de aguas agridulces, que ondea elegante e imponente sobre el cielo azul. Una señal típica más, que supuestamente nos define y nos diferencia del resto de navegantes que atraviesan la procelosa mar de las ondas hertzianas.
[Ráfaga]
Cuando contemplo la línea del horizonte siempre obtengo una nueva perspectiva de las cosas. E intento unirme al sentir de la tripulación, ya avanzada en experiencia, y no dejarme llevar por las apariencias para indagar más en cualquier hazaña, aunque en principio no requiera grandes dosis de conocimiento.
Sin embargo hoy me cuesta tener lo que se llama amplitud de miras y juzgo todo lo que nos rodea, bajo la visión vaga y simplista del tópico.
[Ráfaga]
Surcamos aguas de tierras poco conocidas, queremos seguir en la búsqueda de nuestra utopía sin que existan límites, pero a veces las fronteras las ponemos nosotros mismos.
Miramos con recelo a los habitantes de los puertos nuevos en donde atracamos. Y en muchas ocasiones no salimos de nuestro protector navío, por pereza o por miedo a que el otro no nos comprenda…
En esta jornada ponemos rumbo al entendimiento, viajaremos por los cauces de la tolerancia, para llegar al difícil destino de aceptar nuestros errores, asunto complicado, para un lobo de mar ibérico…o eso dicen…Ya está! Ya he vuelto a caer en el tópico…
[Ráfaga]
Seguimos navegando, la experiencia que estamos a punto de vivir en nuestras propias carnes, es una apuesta creo que estoica, vamos a ser escudriñados, y si todo se resuelve medianamente bien, continuaremos con nuestra singladura, visitando otras dársenas que esperemos, alguna sea la de nuestra querida Ciudad Invisible.
Nuestra nave surca el espacio-tiempo en busca de la quimera. Alzamos de nuevo, nuestra bandera, el blasón de los marineros de aguas agridulces, que ondea elegante e imponente sobre el cielo azul. Una señal típica más, que supuestamente nos define y nos diferencia del resto de navegantes que atraviesan la procelosa mar de las ondas hertzianas.
[Ráfaga]
Cuando contemplo la línea del horizonte siempre obtengo una nueva perspectiva de las cosas. E intento unirme al sentir de la tripulación, ya avanzada en experiencia, y no dejarme llevar por las apariencias para indagar más en cualquier hazaña, aunque en principio no requiera grandes dosis de conocimiento.
Sin embargo hoy me cuesta tener lo que se llama amplitud de miras y juzgo todo lo que nos rodea, bajo la visión vaga y simplista del tópico.
[Ráfaga]
Surcamos aguas de tierras poco conocidas, queremos seguir en la búsqueda de nuestra utopía sin que existan límites, pero a veces las fronteras las ponemos nosotros mismos.
Miramos con recelo a los habitantes de los puertos nuevos en donde atracamos. Y en muchas ocasiones no salimos de nuestro protector navío, por pereza o por miedo a que el otro no nos comprenda…
En esta jornada ponemos rumbo al entendimiento, viajaremos por los cauces de la tolerancia, para llegar al difícil destino de aceptar nuestros errores, asunto complicado, para un lobo de mar ibérico…o eso dicen…Ya está! Ya he vuelto a caer en el tópico…
[Ráfaga]
Seguimos navegando, la experiencia que estamos a punto de vivir en nuestras propias carnes, es una apuesta creo que estoica, vamos a ser escudriñados, y si todo se resuelve medianamente bien, continuaremos con nuestra singladura, visitando otras dársenas que esperemos, alguna sea la de nuestra querida Ciudad Invisible.
FUNDIR CON TORRE DE BABEL
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