CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Surcamos las aguas proyectando nuestras alegrías en el etéreo mar proceloso de las ondas hertzianas. Levamos anclas dibujando una sonrisa en el espacio-tiempo.
Con un guiño amable iniciamos un nuevo periplo en busca de la utopía.
[Ráfaga risueña]
Hasta nosotros llegan aires, que dicen, rejuvenecen a cualquiera. Como si por influencia de un gas de la risa se tratara, nuestra cara se transforma en muecas delirantes. Nos retorcemos e intentamos sujetar nuestros estómagos, que parece que vayan a despegarse de nuestro cuerpo, con tanta contracción nerviosa.
Cada pequeño acto, exclamación o movimiento nos produce un cosquilleo interior, que pugna por salir y expresarse de la forma más cómico-absurda…
Y todo lo que forma parte de esta embarcación se une a esta situación mágica y delirante. Cualquier elemento cuya esencia es permanentemente rígida ahora se suelta, incluso se ablanda. Somos seres elásticos que navegamos por un universo de goma y moldeamos el paisaje como si fuese de plastilina.
[Ráfaga plástica]
Ponemos rumbo hacia ese mundo del humor alegre, con la intención de explorar en él sus cualidades. Como las que permiten al hombre reírse de sus propios defectos…es más, en muchas ocasiones esos fallos se convierten en rasgos positivos para la persona.
Vagamos por las esferas de lo íntimo, ocultas bajo una pantalla de colores o tras un discurso elocuente. Indagamos por los cauces de las pequeñas historias, que condensan en pocos minutos las lagrimas y las sonrisas más revitalizadoras.
[Sentimientos contrapuestos]
Respiramos el aroma de la felicidad momentánea, aquella de la que sólo eres consciente, una vez que te entra el hipo que te impide continuar con ese fluir de risas y descarga de adrenalina. Y qué mejor manera que desembarcar con una gran carcajada en nuestra querida Ciudad Invisible…
FUNDIR CON JA JAJA JA JASSSSSSSS
Surcamos las aguas proyectando nuestras alegrías en el etéreo mar proceloso de las ondas hertzianas. Levamos anclas dibujando una sonrisa en el espacio-tiempo.
Con un guiño amable iniciamos un nuevo periplo en busca de la utopía.
[Ráfaga risueña]
Hasta nosotros llegan aires, que dicen, rejuvenecen a cualquiera. Como si por influencia de un gas de la risa se tratara, nuestra cara se transforma en muecas delirantes. Nos retorcemos e intentamos sujetar nuestros estómagos, que parece que vayan a despegarse de nuestro cuerpo, con tanta contracción nerviosa.
Cada pequeño acto, exclamación o movimiento nos produce un cosquilleo interior, que pugna por salir y expresarse de la forma más cómico-absurda…
Y todo lo que forma parte de esta embarcación se une a esta situación mágica y delirante. Cualquier elemento cuya esencia es permanentemente rígida ahora se suelta, incluso se ablanda. Somos seres elásticos que navegamos por un universo de goma y moldeamos el paisaje como si fuese de plastilina.
[Ráfaga plástica]
Ponemos rumbo hacia ese mundo del humor alegre, con la intención de explorar en él sus cualidades. Como las que permiten al hombre reírse de sus propios defectos…es más, en muchas ocasiones esos fallos se convierten en rasgos positivos para la persona.
Vagamos por las esferas de lo íntimo, ocultas bajo una pantalla de colores o tras un discurso elocuente. Indagamos por los cauces de las pequeñas historias, que condensan en pocos minutos las lagrimas y las sonrisas más revitalizadoras.
[Sentimientos contrapuestos]
Respiramos el aroma de la felicidad momentánea, aquella de la que sólo eres consciente, una vez que te entra el hipo que te impide continuar con ese fluir de risas y descarga de adrenalina. Y qué mejor manera que desembarcar con una gran carcajada en nuestra querida Ciudad Invisible…
FUNDIR CON JA JAJA JA JASSSSSSSS
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