jueves, enero 19, 2006

Cuaderno 19 de Enero

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE

Navegamos acompañados de los ritmos que nos regala cada día la procelosa mar de las ondas hertzianas. Vagamos por el vasto océano de las aguas sonoras, y en cada nota, en cada frecuencia, en cada cadencia, buscamos las señales que nos puedan conducir hasta nuestra quimera.
[Señales susurrantes]
Suaves vientos melódicos han comenzado a acariciar las velas, desplazándonos rumbo a territorios apacibles. Lugares que están enclavados en un determinado paraje del espacio-tiempo como punto de referencia.
Hasta allí nos movemos mientras una brisa llega hasta la cofa, y con ella, el aroma de esas esferas. Un aire con cierto regusto añejo, y que no desaparece fácilmente. Puede ser porque son muchos los que todavía lo invocan, ya que gracias a él recuerdan años anteriores, cuando vivían personas tiernas y capaces de participar en auténticas movidas.
[In memorian del alcalde]
Sin embargo en estos instantes soplan vientos modernos, que empujados por los del pasado, trazan nuevas coordenadas y nos conducen a los complicados arrecifes de la adaptación. Como un acordeón que se expande y se contrae, nuestra nave se amolda a las vigentes necesidades de navegación.
Las actuales corrientes por las que transitamos, parecen similares a las que jornada tras jornada atravesamos, pero estas nos conducen a tierras en donde los sonidos de nuestro borrascoso mar hertziano, se funden con pequeñas partículas electromagnéticas y digitales.
Navegamos ahora por el mundo en el que las voces descubren sus caras.
[Ráfaga visible]
Siempre con el agradable acompañamiento armónico de la música, seguimos en busca de lo etéreo. Un lugar que es probable que antes que divisarlo desde lo alto de este palo mayor, lo oigamos. Bonita forma sería de descubrir, por fin, nuestra querida Ciudad Invisible.

FUNDE CON PAJARITOS

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uy, tenéis moderación de comentarios. Bueno, da igual. Aquí una polizón asomando la cabeza. Es que acabo de encontrar un papelito de un compañero polizón al que no conozco y que no me conoce (en la bodega hace oscuro) donde dice que le da vergüenza ser el primero, así que aquí voy yo, a ver si se animan otros.

¿Sabéis cuántos polizones lleváis a bordo? Sería interesante que los contaseis.

(Este comentario ha sido incluido por error en el 30 de diciembre, me parece... :) )