lunes, enero 09, 2006

Cuaderno 6 de Enero

CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISBLE

Navegamos felices. Viajamos con el ansia infantil que se tiene cuando estás a punto de recibir un regalo. En nuestras cartas embotelladas, la petición era unánime: ser obsequiados con el presente más deseado, la señal indicada que nos conduzca a nuestra anhelada quimera.
[Polvo de estrellas]
El problema es que es difícil dar con nuestra nave, el rato suficiente antes de que vuelva desaparecer en el túnel infinito del espacio-tiempo. Además, la tradición dice que en este día se debe de obsequiar a los tres grandes magos con un pequeño tentempié, para hacerles más confortable su trabajo. Y resulta que el capitán de este navío, no entiende el significado de propiedad, en cuanto a los alimentos se refiere. Por lo que en los ventanucos de cada camarote sólo quedan restos de migas dulces…Hasta las cáscaras de las naranjas se ha comido el muy…
[Ráfaga que censura]
Por ahora la procelosa mar de las ondas hertzianas, sólo nos trae el rastro de singulares personajes, pero lo que todavía no alcanzo a vislumbrar si son las huellas de ese trío exótico que persigue a la gran estrella.
La jornada avanza y por ahora no nos llega nada, y comienzo a pensar que a lo mejor se nos ha llenado la boca pidiendo tanto. Porque nosotros no es que seamos el colmo de la bondad de los marineros de aguas agridulces, pero tampoco podemos ser tan malos…¿ no?. En el fondo nuestra labor posee nobles principios que la guían. Ser navegantes es una profesión ardua, pero con la que nunca perdemos la sonrisa, a pesar de todos los ásperos periplos en que nos vemos envueltos.
[Ráfaga de poca modestia]
Seguimos navegando, nos unimos a la voz que llega de tierras ya cercanas y escuchamos lo que nos dice con atención, quizá sea este nuestro regalo en forma de canciones. Y en ellas esté la clave para dar con el paradero de nuestra ofrenda más deseada, nuestra querida Ciudad Invisible.

FUNDE CON ORO, INCIENSO Y MIRRA

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